El Monumento a Colón y el Port Vell
Iniciamos nuestro diario de viaje de 3 días en la Ciudad Condal. A pesar de que fuimos en invierno y anochecía a las 6 de la tarde, aprovechamos el día al máximo. Acompáñanos en nuestra visita al Monumento a Colón y las Drassanes Reales. Descubrirás que Barcelona tiene mucho más que ver de lo que creías 😉 .
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El viaje y nuestro hotel
A las 8 en punto salimos en AVE rumbo a la bella Ciudad Condal. Esta vez llegamos puntuales a Barcelona, no como cuando fuimos a Bergen. En dos horas y media llegamos a la estación de Sants. Estaba nublado, pero no parecía que fuese a llover, así que tomamos rumbo al hotel.
Agradecimos el paseo para estirar las piernas. De camino nos gustó mucho la colorida escultura del Parque Joan Miró llamada «Mujer y Pájaro». Justo al lado se encuentran las Arenas de Barcelona, una antigua plaza de toros reconvertida en centro comercial.
Un poco más adelante, nos encontramos con la enorme Plaza España, que articula el tráfico de la zona. En menos de 10 minutos habíamos llegado al hotel, y como no estaba la habitación, dejamos las maletas y aprovechamos para pagar la tasa turística. Allí nos dieron el mapa de Barcelona más completo de cuantos hemos visto.
Queríamos ir andando a ver el Monumento a Colón y estirar las piernas. En cambio, en el hotel nos dijeron que era media hora de paseo sin ningún interés. Por eso, cogimos la Línea L (verde) del metro, y llegamos a Drassanes en pocos minutos.
El Portal de la Paz
La Plaza donde está el Monumento a Colón curiosamente no recibe el nombre del Almirante, sino Portal de la Pau (Portal de la Paz). Eso se debe a que en el s. XIX había aquí un Monumento a la Paz para conmemorar el final de las guerras carlistas. Solo estaría en pie 12 años, hasta que fue sustituido por el que ahora observamos.
Todo el mundo a visto mil veces la Estatua de Colón en la tele, en fotos, pero no te haces una idea de lo grande que es hasta que no estás allí. Alucinamos y eso que la vimos en un día gris… con sol debe ser espectacular. Hicimos una foto de lejos, porque desde la base es casi imposible sacar todo el monumento. Ya iba a cruzar corriendo para verlo y menos mal que José me cogió de la mano, porque yo iba enfilada 🙂 .
El Monumento a Colón
A finales del s. XIX se decidió erigir un Monumento conmemorativo del viaje que hizo Colón a Barcelona después de regresar de América. Los Reyes Católicos le recibieron en el Palacio Real Mayor de Barcelona, dónde les comunicó el éxito de su empresa. Sin embargo, algunos historiadores dicen que la recepción real se produjo en el monasterio de San Jerónimo de la Murtra, en Badalona.
Sea como fuese, el caso es que se quería hacer un Monumento y para financiarlo se recurrió a la suscripción popular. Al final, tuvo que ser costeado por el Ayuntamiento, ¡¡incluido un sobrecoste de casi el 400%!!. Y eso que para ayudar a su construcción, Madrid cedió 30 toneladas de bronce. Finalmente, fue inaugurado en 1888, con motivo de la celebración de la Exposición Universal de Barcelona.
Curiosidades: El Almirante despistado
La estatua de Colón no se entera. ¡¡Si está señalando a Palma de Mallorca, no a América!! Seguro que el Almirante después de su viaje quería unas vacaciones 🙂 Ya en serio, la estatua debería señalar hacia Las Ramblas, pero se consideró que quedaría un poco raro. Por eso se le hizo mirando al mar.
El mirador está compuesto por una enorme columna corintia sobre la cual se alza una estatua de siete metros de Colón. En el capitel hay cuatro relieves con alegorías de Europa, África, Asia y América. Y nosotros ahora discutiendo sobre si hay 4 u ocho continentes 🙂 . En el pedestal hay cuatro estatuas alegóricas de los reinos medievales de España, junto a esculturas y medallones dedicados a personajes relacionados con la historia de Colón.
Ya en la base del Monumento encontramos ocho relieves de bronce con escenas de la historia del Almirante, y las figuras de hierro de ocho leones en las que se suben locales y turistas. Habíamos leído que todo niño barcelonés tiene una foto en uno de estos leones, y nosotros que somos como niños, no íbamos a ser menos. Eso sí, nosotros fuimos buenos y no nos subimos encima. ¡¡Hay que respetar los Monumentos!! 🙁
Nosotros no subimos al mirador porque el día estaba bastante nublado. Nos han contado que la parte superior es muy pequeña y que por eso es una visita muy incómoda, pero no os podemos confirmar ese punto.
Curiosidades: La Sra. de Colón
Después de más de cien años de soltería y de seis años de romance en la distancia, Colón se casó ¡con la Estatua de la Libertad! :O . El enlace se anunció en Nueva York en 1986, con la bendición de los alcaldes de las dos ciudades. Las dos estatuas se darían el «si quiero» en el Parque Nacional Red Rock de Las Vegas un 14 de febrero.
El llamado Honeymoon Project fue diseñado y desarrollado por el artista catalán Antoni Miralda, como un modo de representar el intercambio cultural entre ambos continentes. Además, y aunque no os lo creáis, la boda es totalmente legal, según la legislación del Estado de Nevada 🙂 El pasado San Valentín, Colón celebró sus Bodas de Plata con su descomunal señora. Tened en cuenta que la Dama de la Libertad es ¡¡casi 7 veces más grande que el Almirante!! Evidentemente el amor no entiende de tamaños.
El Port Vell, el Puerto de Barcelona
Es difícil explicar lo que sentimos los que vemos el mar de higos a brevas cuando nuestra vista se pierde en el agua y el horizonte. Aunque estábamos maravillados, nuestros ojos se desviaron hacia la sede de la Autoridad Portuaria de Barcelona.
El edificio se construyó a principios del s. XX como terminal de pasajeros. La fachada es estilo Beaux-Arts, coronada por una alegoría de Barcelona protegiendo la Marina y el Comercio. El resto del edificio incluye motivos escultóricos inspirados en el mar.
Junto a este edificio se encuentra el embarcadero de las golondrinas. Este embarcadero recibe su nombre por «las golondrinas», que es como se llamó a los barcos a vapor que en Exposición Universal de Barcelona ofrecían navegar por el litoral de la ciudad. Hoy día son vehículos más modernos, pero todavía ofrecen unas maravillosas vistas del skyline barcelonés desde el mar.
A la izquierda de esta zona se encuentra la Rambla del Mar. Si la seguís llegaréis a escollera dónde está el centro comercial Maremagnum y uno de los acuarios más grandes de Europa.
A la derecha, destaca el enorme complejo empresarial World Trade Center Barcelona, al lado de donde atracan los cruceros. Dejamos la visita a estos puntos para otro día, porque esa mañana queríamos centrarnos en otras visitas.
El Museo Marítimo de Barcelona
Al lado del Monumento a Colón se encuentra el Museo Marítimo, ubicado en las antiguas Atarazanas (Drassanes) Reales. Para los no versados en la navegación, una atarazana es dónde se reparan y construyen los barcos.
Las Atarazanas Reales no son las primeras de las que dispuso Barcelona, pero si son muy antiguas. Su construcción se inició en el s. XIII, y aunque el edificio gótico muestra muchas remodelaciones, todavía conserva bastante de su estado original.
En sus años de mayor actividad, en sus instalaciones se podían construir una docena de galeras simultáneamente. En estas atarazanas se construyó el barco insignia de la Batalla de Lepanto, la Galera Real de Juan de Austria y en el se expone una réplica del mismo a tamaño natural.
El Museo merece la pena tanto por las exposiciones como por el edificio en sí. Nosotros sólo accedimos al vestíbulo y a la exposición temporal. Los domingos a partir de las 15:00 es gratis, pensábamos pasarnos si nos sobraba tiempo… pero al final nos faltó 🙁 ¡¡para la próxima!!. Os dejamos este enlace con horarios y precios actualizados.
En realidad, la foto de arriba muestra una copia del Ictíneo I, el primer submarino civil pensado para pescar coral. Para su creador Narcís Monturiol, la seguridad era prioritaria, y el modelo original jamás sufrió un accidente.
Después de esto, le dijimos «hasta luego» al mar para hacer algo que siempre habíamos querido hacer, caminar por La Rambla. ¡¡Hasta pronto!!
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