Visita el Coliseo romano, el símbolo de Roma

¡Prepárate para escuchar el rugido de la multitud, los gritos de los gladiadores y el choque de las armas en la arena! El Coliseo de Roma te espera con sus misterios y leyendas. Descubre por qué este icónico anfiteatro ha sido protagonista de tantas películas, series y fotos. Acompáñanos en esta visita al corazón del Coliseo romano para desentrañar su increíble pasado.

No hay viaje a Roma si no se visita el Coliseo. Este anfiteatro no sólo es un icono de la historia romana y un testimonio tangible de la grandeza del Imperio Romano y de su legado. El Coliseo también es una obra maestra de la arquitectura y su construcción fue toda una proeza para su época. A día de hoy, el monumento más visitado de toda Italia es el conjunto arqueológico formado por el Coliseo, el Foro Romano y el Palatino. Si incluimos también los monumentos de entrada gratuita, sería el segundo, sólo por detrás del Panteón, aunque este ya ha empezado a cobrar entrada 😭. Descubre los mejores consejos prácticos para tu visita al Coliseo romano y por qué es un imprescindible de la Ciudad Eterna.

Pinceladas de la historia del Coliseo

El Coliseo de Roma, llamado originalmente Anfiteatro Flavio, fue inaugurado hace casi dos milenios. Su construcción duró unos 10 años y se inició bajo el reinado de Vespasiano, el primer emperador de la dinastía Flavia. Sin embargo, sería su sucesor, Tito, quien vería culminada su obra. Como no podía ser de otra manera, los juegos inaugurales del anfiteatro más grande jamás construido en el Imperio romano fueron espectaculares. Durante 100 días todo el pueblo romano disfrutó de combates de gladiadores y espectáculos de fieras en la arena del Coliseo.

Aunque era una muestra del poder de la dinastía Flavia, el Anfiteatro Flavio pronto pasó a ser conocido por el Coliseo. ¿El motivo? A su lado había una colosal estatua de Nerón de más de 30 metros de altura. Algunos lo verán como un castigo poético, pues Vespasiano cambió la cabeza del coloso de Nerón añadiéndole una corona de rayos, atributo del dios Sol, y nombrándolo Coloso Solís. Pero aun hay más, porque Vespasiano mandó construir el Anfiteatro Flavio precisamente porque el anterior anfiteatro se destruyó en el Gran Incendio de Roma, el cual según la leyenda fue provocado por el propio Nerón.

El Coloso de Nerón estaba situado en la plataforma de la derecha, donde está sentada la gente y que hoy tiene varios árboles, justo detrás de los tres árboles altos

Durante siglos, innumerables espectáculos se celebraron en el Coliseo. Peleas de gladiadores, caza de animales, ejecuciones, recreaciones de batallas famosas… Aunque no te lo creas, también se recreaban ¡batallas navales! 😱. Para estos espectáculos llamados naumaquias, se inundaba el foso del Coliseo. Aunque es menos conocido, en el Coliseo también se utilizaba a modo de teatro para representar obras de la mitología clásica.

Ave cesar, los que van a morir te saludan

Todos conocemos esta célebre frase con la que los gladiadores saludaban al Emperador antes de iniciarse los espectáculos. Pues como muchas de las cosas que crees conocer de el Coliseo, esta tampoco es cierta 😂. Que se sepa, la frase latina «Ave, Caesar, morituri te salutant» sólo fue pronunciada en una ocasión 😱. En el año 52 d.C. unos condenados a muerte que iban a participar en un espectáculo naval se dirigieron de esta manera al emperador Claudio. Sin embargo, no hay ninguna prueba de que se volviese a utilizar este saludo. ¿Y cual fue la respuesta del emperador? Pues parece ser que con bastante sorna les dijo «Aut non», es decir «o no»😂.

Por cierto, tampoco es verídico que se levantase el pulgar hacia abajo para condenar a un gladiador derrotado. El equívoco se debe a una pintura del s. XIX y ha sido perpetuado por el cine. El pulgar hacia arriba representaría la espada desenvainada, y significaría la muerte del gladiador derrotado. Por el contrario, probablemente el gesto que permitía salvar la vida de un gladiador era introducir el pulgar en el puño, simbolizando una espada envainada.

Si has leído nuestras pinceladas de historia de Roma, ya sabrás que el Imperio Romano de Occidente cayó en el s. V. Sin embargo, los bizantinos siguieron usándolo hasta el s. VI, siendo el último espectáculo registrado una venatio, o cacería de animales salvajes.

Ex-voto de un gladiador, o gladiadora según algunos autores, que sobrevivió a una venatio. Aparecen dos figuras luchando en el Coliseo y está datado en el s. II

Las múltiples vidas de El Coliseo

En la Edad Media se construyó una pequeña iglesia en su interior y la arena se transformó en un cementerio. En cuanto a los espacios entre las arcadas y bajo los asientos, se alquilaron cómo talleres o refugios. Aun así, al estar en las afueras de la ciudad medieval, pronto cayó en desuso y los dos terremotos producidos en el s. IX provocaron grandes destrozos.

En el s. XIII la familia Frangipani se apropió del Coliseo y lo transformó en una fortaleza. Luego pasó sucesivamente de manos pero apenas fue utilizado. Un nuevo terremoto, acaecido en el s. XIV dañó severamente su estructura. Se derrumbó el lado externo sur y sus piedras se comenzaron a utilizar para construir edificios en toda Roma.

El Ponte Sisto cruza el río Tíber hacia el Trastevere. En su construcción en el s. XV se utilizaron piedras del Coliseo y los restos de un puente romano más antiguo

¿Colis Eum?

Con su progresiva ruina, el Coliseo fue ganando fama como lugar maldito, y era considerado una de las Siete Puertas del Infierno. Incluso se decía que por las noches, las almas de los fallecidos en la arena vagaban sin conocer el reposo. El notario y juez Armannino da Bologna afirmó que el Coliseo era sede de algunas sectas de magos y adoradores del diablo. Según él, el nombre de Coliseo se debía a que a los que se acercaban a el les preguntaban «¿Colis Eum?», es decir «¿lo adoras?». Según este magistrado, se referían al diablo, y la respuesta correcta era «Ego Colo».

Posteriormente, el célebre escultor y orfebre Benvenuto Cellini reconoció en su autobiografía que el y un un nigromante siciliano habían invocado a los espíritus en el Coliseo para conocer su futuro. Posiblemente cansado de tanta superchería, en el s. XVI el Papa Sixto V intentó convertirlo en una fábrica de lana para dar empleo a las meretrices de Roma. Sin embargo, su prematura muerte impidió llevar este proyecto a cabo.

Perseo sosteniendo la cabeza de Medusa, por Benvenuto Cellini, Loggia della Signoria (Florencia)

Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini

Durante los siglos siguientes continuó el expolio del Coliseo. El mármol travertino que lo recubría fue quemado para obtener cal cuando no era arrancado para emplearlo en otras construcciones. El culmen de estas barbaridades llegó en el s. XVII con el papa Urbano VIII, perteneciente a la familia Barberini. No sólo construyeron el Palacio Barberini con el mármol extraído del Coliseo, sino que esta familia prácticamente desmanteló los edificios de la antigua Roma Imperial para construir una nueva Roma Barroca.

Hartos de esta familia, el pueblo de Roma dejó en la estatua del Pasquino, la más famosa de las estatuas parlantes de Roma, una denuncia pública que decía Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini. Finalmente, en el s. XVIII el papa Benedicto XIV consagró el Coliseo como lugar santo para evitar la destrucción de este monumento. Según se dice, por si las moscas también mandó exorcizarlo previamente. esta claro que Papa precavido vale por dos 😜.

Cuando caiga el Coliseo, caerá Roma

Su santificación y las sucesivas obras de consolidación y mejora solucionaron los males que aquejaban al Coliseo. Aun así, durante la Segunda Guerra Mundial sufrió nuevos daños debidos a un bombardeo. Por suerte, el s. XX le trajo su designación cómo Patrimonio de la Humanidad, al ser parte del Centro Histórico de Roma. Además, fue reconocido cómo una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo en el concurso organizado por la empresa suiza New Open World Corporation.

Sin duda, el Coliseo goza hoy día de una gran salud, y por suerte, lejos está el augurio realizado en el s. VIII por el monje benedictino Beda el Venerable «Quamdiu stabit Colyseus stabit et Roma; cum cadete Colyseus cadete et Roma; cum cadet Roma cadet et mundus». Quizás te sea más familiar su traducción, que sería «Mientras siga en pie el Coliseo, Roma seguirá en pie, y cuando caiga el Coliseo, caerá Roma. Y cuando Roma caiga, caerá el mundo». Pues también es falso que Beda se refiriese al Coliseo 😂. En realidad el monje se refería al coloso de Nerón, pero como cayó y ni cayó Roma y por suerte tampoco el mundo, esta profecía se transfirió al Coliseo.

En la época de Beda el Venerable, la estatua de Nerón ya no existía, pero todo el mundo todavía llamaba Anfiteatro Flavio el Coliseo. Pintura de Bartolomé Román, Museo del Prado

La visita al Coliseo romano

Si un antiguo romano viese hoy día el Coliseo, vería un monumento a medio construir. Aun así, aunque sólo queda su armazón, el Coliseo impresiona. En nuestro caso hicimos la visita con audioguía y sin ningún extra, como la arena o el subterráneo y empleamos hora y media larga en verlo todo.

¿Qué se ve en la visita al Coliseo romano?

Exterior

El Coliseo es una estructura de planta elíptica de 189 metros de largo y 156 de ancho y muros de 48 metros de altura. La pared exterior es de piedra travertino colocada sin mortero y unida con abrazaderas de plomo y bronce. Muchas de estas abrazaderas fueron retiradas y fundidas, quedando hoy día múltiples agujeros en la estructura. Del perímetro sólo siguen en pie el lado norte. Las «cuñas» de ladrillo en cada extremo se añadieron en el s. XIX para apuntalar el muro. De hecho, el resto del «exterior» del Coliseo era en su día la pared interior original.

En la zona noreste es dónde más se ve la «cuña» que soporta el antiguo muro exterior

La parte superviviente de la fachada monumental del muro exterior consta de tres niveles con 80 arcos cada uno y un cuarto nivel ciego con ventanas en uno de cada dos vanos. El primer piso tiene orden dórico, el segundo jónico y el tercero corintio. Cada una de las arcadas del segundo y tercer piso enmarcaban estatuas, posiblemente de divinidades.

La parte superior tenía un toldo retráctil conocido cómo velarium que cubría dos tercios de la arena y protegía a los espectadores del sol y la lluvia. Este era manejado por marineros expertos, y además su inclinación permitía la entrada de la brisa para la audiencia. Alrededor del perímetro del Coliseo, había varios postes de piedra de los cuales quedan 5 en el lado este para fijar el velarium.

Representación del velarium del Coliseo a la izquierda, sobre la grada, en el cuadro Ave Caesar Morituri te Salutant de Jean-Léon Gérôme

Interior

En el interior está el auditorio con escalones para asientos de los espectadores. Se divide en cinco sectores horizontales reservados cada uno para una clase social. Así, los senadores ocupaban asientos de madera en el sector inferior mientras que las clases más bajas de la plebe estaban de pie en la parte más alta.

Iglesia de Santa Maria della Pietà en el Coliseo

Este templo se encuentra en el vigésimo cuarto arco del anfiteatro Flavio. Posiblemente fundado entre los s. VI y VII, esta iglesia siempre ha sido un lugar de culto en memoria de los mártires cristianos que perdieron la vida dentro del Coliseo. Hasta el s. XV la capilla se utilizaba como guardarropa de la compañía que representaba la Pasión de Jesucristo en la arena del anfiteatro. En el s. XVII fue adquirido por la Cofradía de los Gonfalone y lo transformaron en oratorio.

Arena de Gladiadores

La arena central es una elipse de 86 metros de largo y 54 de ancho rodeada por un muro de 4 metros de alto a partir del cual se encontraban las gradas. La arena estaba sobre un gran entramado de madera. Así, la sangre derramada en la arena era rápidamente absorbida y no entorpecía los combates. Actualmente está recreada la mitad del escenario, estando la otra mitad abierta para poder apreciar el hipogeo.

Se está trabajando ya en un ambicioso proyecto para cubrir completamente el hipogeo con una plataforma móvil. Sin duda, una manera ideal de sentirse como se sintieron los grandes gladiadores del pasado. Estamos deseando visitar el Coliseo romano cuando esta estructura esté en funcionamiento.

Hipogeo o subterráneo

Originalmente el hipogeo no existía, pues no hubiese sido posible celebrar las naumaquias sin inundarlo. Su construcción por parte del heredero de Tito, el emperador Domiciano, impidió celebrar más naumaquias, pero mejoró enormemente la calidad de los espectáculos.

Bajo la arena hay un auténtico mundo subterráneo con un gran pasaje central y doce corredores curvilíneos. Aquí estaban los vestuarios y se preparaban los gladiadores. También había celdas, tanto para animales como para esclavos. Además, había montacargas para subir a la arena utillaje o animales, logrando un enorme efecto de sorpresa en el público. Los animales más pesados accedían directamente por dos entradas monumentales con arcos ubicadas en el pasaje central.

Gradas Superiores

Abiertas por primera vez hace pocos años, se ha acondicionado un mirador que ofrece unas vistas únicas de Roma 😍.

¿Qué horario tiene el Coliseo?

El Coliseo abre todos los días del año a las 9:00. Sólo cierra los días 25 de diciembre y 1 de enero. La hora de cierre depende de si es temporada alta o baja y va desde las 16:30 hasta las 19:15. Sólo se puede acceder al Coliseo con al menos una hora de antelación a la hora de cierre.

¿Dónde se compran las entradas del Coliseo?

Las entradas sólo se venden online y con antelación. Anteriormente era habitual esperar ¡hasta 3 horas 😯! para conseguir la preciada entrada al Coliseo. Los que ya teníamos tablas, hacíamos el truco de comprar la entrada en las taquillas del Palatino, que nunca había nadie 😜. La pagina oficial es Coopculture.it y además del precio de la entrada, te cargarán 2 € más por gastos de gestión. Aun así, parece que volvemos a las colas al sol, porque el 15 de mayo abrieron el Templo de venus y Roma en la Plaza del Coliseo para venta de entradas individuales 😯. Nuestro consejo… ¡compra online!.

¿Cuánto cuesta visitar el Coliseo romano?

Muchísimo o muy poco, según se mire. La entrada general te permite ver también el Foro Romano y el Palatino y cuesta 16 €. La audioguía cuesta 5,50 € y la audiovideoguía 6 €. Si quieres acceder a la arena de gladiadores, las gradas superiores y los subterráneos deberás adquirir una entrada Full Experience, con un precio de 22 €. Las entradas generales tienen una validez de 24 horas para visitar luego el Foro y el Palatino y la Full Experience 48 horas.

Entrada al Coliseo gratis

Que si, que se puede ver gratis el Coliseo romano 😉. En realidad hay muchas cosas que hacer en Roma sin soltar un euro. En el caso del Coliseo, puedes entrar gratis el primer domingo de cada mes. Abre en su horario habitual, pero deberás armarte de paciencia, porque la reserva online suele colapsarse. Si normalmente la cola para acceder es enorme, el primer domingo de mes todavía más. ¡Suerte! 😜

Ve con tiempo

Necesitarás unos 15 minutos para pasar el control de seguridad. Sin embargo, un fin de semana puedes tardar ¡hasta 45 minutos!

¿Merece la pena una visita guiada a El Coliseo?

Como mínimo merece la pena ir con audioguía. la visita al Coliseo romano es mucho más que ver los restos de su espectacular estructura. Si quieres sumergirte plenamente en su historia y leyendas necesitarás poner lo que ves en contexto. Nosotros te hemos dejado antes algunas pinceladas, pero insuficientes para una visita a un monumento de tanta importancia. Por otra parte, la audiovideoguía nos parece un poco pijada 😂.

También puedes reservar una visita guiada con un arqueólogo en italiano, inglés, francés o español. Eso sí, la visita de la web oficial no incluye el acceso ni a la arena, ni a los subterráneos ni a las gradas superiores. Te dejamos un enlace dónde puedes reservar una visita guiada de 3 horas por el Coliseo, Foro y Palatino. También puedes reservar esa visita guiada incluyendo la arena de gladiadores en el siguiente enlace.

Como mínimo una audioguía para disfrutar al máximo de tu visita

Consejos prácticos para la visita al Coliseo romano

Para hacerte más fácil la vida, aquí te dejamos algunos consejos viajeros. Son gratis y te ayudarán mucho a la hora de ver un monumento tan visitado😜.

Protégete contra el sol y el calor

Parece lógico en verano y absurdo en invierno, pero no lo es. El Coliseo es una especie de «olla» y el sol calienta sus piedras todo el día. Además, aunque originalmente tenía una cubierta de tela, hoy día está sujeto a las inclemencias del tiempo. Lleva una gorra o sombrero y date crema solar. Por supuesto, no olvides incluir una botella de agua en la mochila. Te la harán vaciar antes de entrar, pero dentro puedes rellenarla. Estos consejos son válidos siempre que luzca el sol, aunque sea invierno. Por otra parte, en verano además deberías evitar visitar el Coliseo a las horas centrales del día.

Evita las aglomeraciones en tu visita al Coliseo romano

Parece imposible, porque el Coliseo SIEMPRE está abarrotado, pero se puede. Si pasas varios días en la Ciudad Eterna, evita visitar el Coliseo en fin de semana o en festivo, porque hay muchísima más gente de lo habitual. Lo que si puedes hacer el domingo es aprovechar para pasear por sus alrededores. Los domingos se prohíbe la circulación de vehículos a motor por los alrededores del Coliseo y del Foro Romano. Encontrarás mucha gente, pero recorrer toda esta zona a pie tiene muchísimo encanto.

Por otro lado, si estás de fin de semana o puente en Roma, no tendrás muchas opciones 😭. Lo mejor es madrugar e ir a primera hora de la mañana. Los grandes grupos turísticos no madrugan, así que encontrarás bastante menos gente.

Cuidado con los amigos de lo ajeno

Un consejo habitual cuando viajas es llevar tus pertenencias en lugar seguro. Los carteristas son especialistas en aprovechar aglomeraciones. Además, seguro que vas con la mirada perdida observando el Coliseo o cualquier otra maravilla del Foro Romano. Por eso, ten un cuidado especial en esas zonas, no sea que te amarguen tu visita al Coliseo romano.

¿Dónde está la entrada al Coliseo?

Con su tamaño es fácil que te líes a dar vueltas alrededor del Coliseo hasta encontrar la entrada 😂. En su día, el Coliseo tenía cuatro entradas principales. Además, cada uno de los restantes 76 arcos del primer nivel era a su vez una entrada con su propia numeración 😯.

Aquí puedes ver las puertas LI, LII y LIII

Por suerte, hoy día el Coliseo sólo tiene tres entradas, y de esas sólo se una una. Todos los visitantes acceden por la entrada Sperone Valadier que da a los foros. Recibe su nombre por el arquitecto que rehabilitó esta parte del Coliseo. Hay dos colas, una para grupos y otra para visitantes individuales.

Ya sabes todo lo necesario para realizar una visita al Coliseo romano, el símbolo de la Ciudad Eterna. ¿A qué estás esperando para conocerlo? ¡Hasta pronto!

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