Barcelona, pinceladas de historia
Una leyenda dice que en su búsqueda del Vellocino de Oro los Argonautas atravesaron una terrible tormenta.
Cuando el mar se calmó, Hércules vio que faltaba la novena embarcación, que había naufragado en las faldas de Montjuic. Cuando Hércules localizó a los supervivientes, estos ya habían comenzado a construir una ciudad ayudados por Hermes, el dios del comercio. Por este motivo, Hércules bautizó la nueva colonia como «Barcanona», la barca novena…
Otra leyenda atribuye la fundación de la ciudad al general cartaginés Anibal Barca a su paso por los Pirineos en el s. III a.C.
Contenidos del post
El origen histórico de Barcelona
En realidad, la ciudad íbera de Barcinon (llamada Barkeno por los cartagineses) fue fundada en el s. VI a.C.
En el s. I. a.C. los romanos crearon un pequeño campamento militar en el Monte Táber al que llamaron Barcino y del cual se conservan varios vestigios en el Barrio Gótico de Barcelona.
La Edad Media
La ciudad posteriormente sería conquistada por los visigodos, y luego por los árabes hasta que en el s. IX el rey franco Ludovico Pío entró en la ciudad tras dos años de asedio. Después de este episodio Barcelona se transformó en un condado integrado en la llamada Marca Hispánica.
Barcelona quedó unida en el s. XII al Reino de Aragon por el matrimonio entre el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV y la heredera a la corona de Aragón Petronila I, aunque mantuvo una administración separada.
La unión de las líneas reales de Castilla y Aragón con la boda de los Reyes Católicos hizo gravitar el centro del poder político al centro de la Península, mientras que el floreciente comercio con América redujo la importancia del comercio en el mar Mediterráneo.
Curiosidades de la historia: ¿Cristobal Colón o Cristòfor Colom?
La vinculación de Cristobal Colón con Barcelona no se limita a su encuentro con los Reyes Católicos en el Saló del Tinell.
Algunos dicen que era hijo de un tabernero de la Boquería que fue ahorcado, provocando la huida de Colón a Génova para evitar su mismo destino.
Otros afirman que en realidad pertenecía a una familia noble del barrio de la Ribera y que las obras de una iglesia a las que alude en algunos de sus escritos no son las de Santa María la Blanca en Sevilla, sino las de Santa María del Mar.
La Guerra de Sucesión Española
En el s. XVIII la muerte sin sucesor del último rey Habsburgo de España desencadenó la Guerra de Sucesión Española. La nobleza y la élite comerciante catalana al igual que gran parte de la Corona de Aragón se situó en el lado de los Habsburgo en contra de los Borbones, aunque Felipe de Borbón había jurado los fueros del reino de Aragón y las Constituciones Catalanas.
El final del conflicto supuso la desaparición de las leyes e instituciones propias del Reino de Aragón y Valencia, permaneciendo sólo las de el Reino de Navarra y las de las Vascongadas, al haber sido fieles a la causa borbónica.
La Revolución Industrial
Durante el s. XIX Barcelona se convirtió en un importante centro industrial creciendo espectacularmente a nivel demográfico y urbanístico. Esta pujanza económica propicia proyectos como el plan de ensanche o la celebración de la Exposición Universal de 1888. En el ámbito cultural se produce un gran desarrollo, siendo el modernismo catalán una de las manifestaciones con mayor reconocimiento internacional.
El siglo XX
El nuevo siglo trajo consigo la difusión del regionalismo catalán que fue tornándose en nacionalismo, con el consiguiente conflicto con el gobierno central.
Además, las tensiones sociales provocaron igualmente graves conflictos, siendo el más terrible el producido a principios de siglo, la llamada Semana Trágica. Los disturbios se iniciaron por la decisión de reforzar las posiciones españolas en Marruecos enviando reservistas, la mayoría de ellos obreros padres de familia. La dura represión posterior fue objeto de una unánime condena internacional que tachaba a España de ser un país atrasado y bárbaro.
Este ambiente de conflictividad propició el golpe del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, que prohibió toda manifestación cultural catalana… ¡¡incluso llegó a suspender al F.C. Barcelona!! Aun así, Barcelona acogió nuevamente un evento de gran importancia, la Exposición Internacional de 1929.
La Segunda República trajo consigo el Estatuto de Autonomía de Cataluña, la aprobación de numerosas leyes progresistas e incluso un nuevo evento internacional, las Olimpiadas Populares, que no pudieron celebrarse por culpa de la Guerra Civil Española. La dictadura posterior trajo nuevamente la supresión de las manifestaciones culturales catalanas.
La recuperación de Barcelona vino de la mano del Plan Marshall y de la implantación de la empresa SEAT, pero hasta la llegada de la democracia no se reinstauraron las instituciones catalanas. Serían los Juegos Olímpicos de 1992 los que darían un nuevo desarrollo cultural y urbanístico a Barcelona e internacionalizarían la imagen de la ciudad.
Una ciudad internacional
La Barcelona actual es una ciudad cosmopolita, de gran atractivo cultural y con gran proyección internacional. Por otro lado, el nacionalismo catalán ha dado lugar a una corriente política y social de corte secesionista que defiende la independencia de Cataluña del resto de España.
Toda la historia de Barcelona ha conformado una ciudad única en todos los planos, una ciudad que merece la pena visitar y revisitar… así que acompañadnos en nuestras próximas entradas para conocer que podéis ver y hacer en ella. ¡¡Hasta pronto!!
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